¿Qué nos puede enseñar una langosta de 10 Kg?

Pues cómo alargar la vida

En 2009 un pescador de la costa de Newfoundland, Canadá, capturó una langosta. Normalmente este hecho no es noticia ya que la cantidad de crustáceos que se pescan en esa zona es muy abundante. Pero lo que hace que esa langosta fuese tan interesante es que pesaba 10 kilos y se calculaba que debía tener por lo menos 140 años. Tomemos un momento para reflexionar sobre este último dato. En teoría, ¡esta langosta salió de su cascarón en 1869!.La mayoría de langostas no viven tanto porque o bien algún depredador se las come, se lastiman o sufren enfermedades. Pero si quitásemos estas fuerzas externas el resultado sería muy diferente.

¿LAS LANGOSTAS SON INMORTALES?

Las langostas son parte de unas pocas especies que aparentemente son "biológicamente inmortales". Estas criaturas no envejecen de la misma manera que tú y yo envejecemos. Cada vez que nuestras células de dividen, lo que se llama telómero se acorta. Hay una relación directa entre la longitud del telómero y la edad de la célula, en donde las células más viejas tienen los telómeros más cortos.

Cuando pensamos en un telómero, tenemos que imaginarlo como la punta protectora del cordón de un zapato. Esa punta protectora impide que el resto del cordón se deshile. En nuestro cuerpo pasa igual, esos telómeros actúan de la misma manera protegiendo el ADN de nuestras células. Cuando un telómero se acorta demasiado ya no puede resguardar el ADN y la célula empieza a envejecer y eventualmente se muere.

LA TELOMERASA TIENE LA CLAVE DEL ENVEJECIMIENTO

Las células de langosta funcionan de una manera diferente. En lugar de acortarse en el tiempo, los telómeros de las langostas se rejuvenecen constantemente gracias a la enzima telomerasa. Los humanos también producimos telomerasa pero no en los mismos niveles que una langosta. En el cuerpo humano las células cancerígenas son la que más producen telomerasa, que es parte de la razón por la que esta enfermedad es tan difícil de combatir. De alguna forma, las células cancerígenas son casi inmortales… esto es en tanto que fabriquen telomerasa.

Sabemos que la longitud del telómero está ligado al envejecimiento y que la enzima telomerasa puede prolongar la vida de una célula. Pero también sabemos que demasiado telomerasa puede ser problemático. Así que la pregunta es: ¿hay alguna forma en la que podamos deshacer el daño hecho a nuestros telómeros y producir la cantidad correcta de telomerasa sin incrementar el riesgo de cáncer?

Científicos de la Universidad de San Francisco California y el Instituto de Investigación de Medicina Preventiva de dicha ciudad (Preventative Medicine Research Institute) monitorearon a un grupo de hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo que tenían niveles elevados de PSA (el marcador de la sangre para el cáncer de próstata). En lugar de ser trasladados urgentemente a quimioterapia o cirugía, los pacientes participaron en un vigoroso programa consistente en: ejercicio, técnicas de relajación profunda, como yoga o meditación, mejores hábitos dietéticos y clases de terapia de grupo donde se les animó a expresar algunas de sus emociones, así como sus obstáculos personales.

Este importante estudio arrojó resultados impresionantes. En el espacio de tres meses estos hombres regularon 500 nuevos genes vinculados a la prevención de enfermedades, bajaron sus niveles de PSA, y - aquí está el punto más importantes - aumentaron su telomerasa en un 30%. Aún más convincente es que el cáncer no empeoró gracias a los elevados niveles de telomerasa. Por el contrario, en muchos casos el cáncer entró en remisión.

Imagen de una molecula de adn

ENVEJECEMOS PORQUE NUESTROS HÁBITOS DE VIDA NOS ENVEJECEN

En un estudio similar - también llevada a cabo por la UCSF y PMRI - 35 hombres con cáncer de próstata en estadio temprano fueron monitoreados durante un periodo de cinco años. Se pidió a diez pacientes que cambiaran sus estilos de vida, mientras que los otros 25 continuaron con lo que estaban haciendo.

Al final de los cinco años los investigadores encontraron que los pacientes que alteraron sus estilos de vida tenían telómeros que eran hasta un 10% más largos que cuando comenzaron. ¿Podría significar que alargaban su vida en un 10%? Por el contrario, los telómeros en los otros 25 pacientes se habían reducido en un tres por ciento durante ese mismo período.

La investigación en telómeros es verdaderamente innovador. Aquí hay una prueba más de que tenemos la capacidad de cambiar lo que somos, revertir el proceso de una enfermedad, e incluso hacer retroceder el reloj de nuestra mortalidad predeterminada en el nivel más elemental, mediante el abandono de viejos hábitos y comportamientos. Los participantes en estos estudios comenzaron a controlar y alterar sus pensamientos y emociones. También tomaron opciones diferentes, que conducen a nuevas experiencias. A partir de estas experiencias vinieron nuevas emociones y sentimientos que alteraron su biología, así como su expresión genética. De esta manera estos hombres pueden haber alargado su vida.

Estos principios son muy similares a los que enseñamos en nuestros talleres que realizamos por todo el mundo. Si su personalidad crea a su realidad personal... y su personalidad se compone de cómo piensa, cómo actúa y cómo se siente, entonces cambiar cualquiera de estos elementos fundamentales, debería conducir a una nueva personalidad, así como a una nueva realidad personal. Cuando tomamos la decisión de cambiar nuestras vidas, comprometiéndonos plenamente con el trabajo que debemos hacer, pasando por encima de nuestras redes neuronales viejas que nos llevan por el mismo camino predecible creando otras nuevas, nuestra biología debería cambiar también. Si una langosta puede hacerlo, ¿por qué no nosotros?

¿Sabes que el efecto Placebo nos puede cambiar la vida?
De la misma manera que en este estudio de Alia Crum lo que creemos afecta cómo digerimos la comida, lo que creemos también puede afectar nuestra felicidad, bienestar, relaciones, trabajo y mucho más.